Busquemos en el Espíritu y no en la letra

Si quieres ser guiado por Dios y recibir las revelaciones que conciernen al Reino de Dios y que son beneficiosas para todos, debes buscar absolutamente con todo tu corazón meditando en el Espíritu constantemente y no buscando en la letra, si al menos. ya has leído la Biblia y has recibido el Espíritu Santo por fe. Porque la letra sin revelaciones mata, mientras que el Espíritu, por el contrario, da vida.

El Señor nos dice que no ESCUCHEMOS (oyendo) solo la Palabra de Dios, sino que la pongamos en práctica, y dice que sus ovejas ESCUCHAN (oyendo) su voz, y lo siguen. Por eso ya no busquemos en la letra sino en el Espíritu, porque la letra anima a la reflexión carnal, pero no revela las cosas del Espíritu, por eso la letra mata, y por eso la mayoría de las personas que han recibido el Espíritu están muriendo.

La carta es útil para llevarnos a recibir el Espíritu, y luego es útil que Dios nos confirme a través de ella todo lo que recibimos por el Espíritu Santo, para fortalecer nuestra fe y desterrar la duda. De hecho, el hecho de que Dios primero revele por el Espíritu y confirme por la letra nos da 2 testimonios incontestables, y ya no podemos dudar.

Que los que tienen oídos espirituales escuchen lo que digo, y para eso hay que tener humildad y escuchar con el corazón como un niño pequeño. Si todo el mundo se equivoca es porque busca en la letra y no en el Espíritu mientras que es el Espíritu quien nos enseña en toda la Verdad y quien nos recuerda incluso lo que dice el dicho. todo lo que te he dicho). Al tratar de entender detrás de nuestra Biblia estamos en un error, porque es en el Espíritu que debemos buscar con todo nuestro corazón para entender las cosas del Reino de Dios, meditando constantemente hasta que obtengamos las revelaciones, y nadie pueda entender el carta sin revelaciones previas del Espíritu, razón por la cual la gente tergiversa el significado de las Escrituras, porque su interpretación es carnal.

Hoy Dios llama a su pueblo a volver a la Verdad, y nos dice: Hoy, si escuchan (oyen) su voz, no endurezcan su corazón como en el día de la revuelta cuando sus hermanos perecieron en el desierto.
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